Todos nosotros hemos sido testigos de unos avances tecnológicos muy importantes en los últimos 10 años que han cambiado muchos aspectos en los procesos de fabricación de la industrial actual. Nuevas palabras como Digitalización, Internet of Things, Cloud o fábricas Inteligentes llenan la boca de nuestros managers y aparecen constantemente en cada uno de los PowerPoints que vemos reunión tras reunión, el más conocido y del que todo el mundo habla, la Industria 4.0.
Voy a tratar de explicar en este post, este concepto de forma muy fácil para que todos podamos entenderlo, pero ya os adelanto que cada uno de los nuevos conceptos en los que se apoya la Industria 4.0 daría para un libro entero, y yo solo dispongo unas pocas líneas para contarlo, así que espero que de verdad os guste y quizás… unos pocos likes.
Empezare diciendo que la Industria 4.0 es en realidad una nueva revolución industrial, en concreto “la cuarta revolución”, de la que ya llevamos hablando desde hace unos años y donde el objetivo principal de la misma es:
“Conseguir una digitalización de los procesos de nuestras viejas fábricas”
Esta nueva revolución pretende conseguir las llamadas fabricas inteligentes, donde se pretende potenciar la automatización y el intercambio de los datos en las tecnologías de fabricación. Para la consecución de este objetivo la Industria 4.0 se apoya en estos cuatro elementos principales:
- Sistemas Cibernéticos Físicos
- Internet of Things, (IoT)
- Big Data
- Computación en la nube. (Cloud)
A grandes rasgos, los Sistemas Ciber físicos (nuestras líneas de producción, robots, autómatas… en definitiva, nuestras máquinas) recogen información de los procesos en el entorno productivo a través de sus sensores, y cada vez recogen más y más información, los nuevos materiales y tecnologías de fabricación han permitido disminuir drásticamente el tamaño de muchos dispositivos electrónicos y la potencia de cálculo de estos incrementa exponencialmente. Un ejemplo muy cercano de esta evolución son las pulseras de actividad, quien no tiene una.
Además, sin duda alguna, las comunicaciones, en pocos años, han multiplicado por 1.000 la velocidad y la calidad. La tecnología móvil y las redes inalámbricas se han desarrollado a una velocidad vertiginosa. Ahora mismo hasta una simple bombilla se puede conectar a la red para enviar y recibir dato, por ello, a través de Internet of Things (conectividad de la maquinas sobre una red), estas máquinas se comunican con otras y/o con seres humanos, dentro de la propia organización, pero también entre organizaciones, proveedores, clientes, y usuarios, dando lugar a una interconexión total.
Que pasa entonces, ante tantas máquinas nuevas conectadas en nuestra red que recogen información, las empresas se enfrentan ahora con otro reto, un crecimiento enorme de los datos. Ya no valen las aplicaciones tradicionales para procesarlos, ni siquiera Excel. Los sensores industriales son ahora inteligentes, captan datos, los procesan e incluso tienen cierta autonomía para tomar decisiones, pero es necesario transformar esos datos en datos útiles para mejorar la producción y la rentabilidad de nuestros procesos, de aquí surge el Big Data, tanto en su vertiente hardware, ya que estos grandes volúmenes de datos deberán ser almacenados, o en el aspecto del software. que requerirá del desarrollo de aplicaciones de software capaces de analizar estos grandes volúmenes de datos y de procesar algoritmos complejos para proporcionar inteligencia operacional específica en cada caso.
Así llegamos finalmente al Cloud. Hasta ahora hemos hablado de recogida de información (muchos datos), e interconexión total de máquinas y usuarios. Necesitamos entonces un sitio donde ubicar toda esta información y que sea accesible para todos, y es de aquí de donde surge el concepto de Cloud. En definitiva, se trata de un espacio, un lugar, una ubicación remota, que se encarga de alojar y manejar servicios de computación, normalmente está muy relacionado con Internet, ya que necesitaremos de esta para llegar a dicha ubicación. Este almacenamiento remoto hace que cualquier información sea accesible desde cualquier lugar y para todos, lo que finalmente facilitará el acceso y el análisis de datos a todo aquel que lo necesita. Además, de esta forma permitimos que nuestra empresa (localmente) solo utilice los recursos necesarios, en el momento preciso, mejorando los costes y optimizando los presupuestos necesarios en una era tan cambiante.
Me dejo muchos otros elementos que emergen sobre el concepto de industria 4.0, como la ciberseguridad, la inteligencia artificial o la virtualización que darían para otro nuevo artículo. En internet disponéis de mucha más información y de un gran equipo de personas trabajando en conseguir una digitalización de los procesos de nuestras viejas fábricas.
Concluiré diciendo que las posibilidades para este nuevo escenario de la Industria 4.0 son tan extensas que cuesta imaginar dónde estaremos en apenas diez años más. La industria hace ya mucho tiempo que camina hacia la adaptación de esta nueva revolución y disponemos ya de muchos ejemplos de aplicación en muchas localizaciones por el mundo, donde el concepto de fabrica inteligente, es sin duda una realidad.